A la sombra de tu olvido
Eres el recuerdo que
pesa en mi memoria,
La historia que me cuento
en la cama,
El sueño que tengo al
dormir,
y quien deseo ver al
despertar.
Conservo la esperanza
de encontrarte,
Ver tu rostro otra
vez, tus ojos curiosos,
Tus cabellos ondeados
salpicados de blanco,
Tus manos suaves y pequeñas
que alguna vez toqué.
Guardo en mi mente aquellos
días,
Donde tú y yo éramos
libres;
Tan distinto es el
ayer, tan complejo es el hoy,
Yo extrañándote y tú
sin saber de mí.
A veces, en madrugadas
confusas,
Veo tu mirada en otros
rostros,
tu ser en otros
cuerpos: me pierdo;
Me pierdo en el vaivén
de otras caderas,
De otros muslos, de
otros labios,
De otras concepciones del “amor”.
Confieso que aun sigo
tus pasos,
Mi mente se rehúsa a olvidarte,
Y aunque tú ya no recuerdes
quien soy,
Siempre estaré ahí, a
la sombra de tu olvido.